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echa abajo el muro.
descalza tus pies
desnuda tu cuerpo
y limpia y pura
sin más ataduras que tus alas,
ven a mí.
quiero que mis ojos se llenen
de la pureza limpia
de tu cuerpo.
quiero que mis manos
acaricien tus senos
con la misma caricia
que el viento, el mar,
y la brisa, las rosas, las espigas y los valles.
quiero que te sientas pura
cuando mis manos
te vayan dando su calor,
en sus caricias,
sin apropiarse de tu cuerpo.
Sí, quisiera que entre los dos
se derrumbara el muro,
y la intimidad más íntima
naciera en nuestras almas.
que tu pensamiento
se acurrucara
en mi pensamiento,
y buscara la transparencia
de tu cuerpo desnudo y limpio
acurrucado en el mío.
no sé porqué te alejas de mí
y no te entregas ya,
cuando tu sabes que tu alma
sólo puede respirar
dentro de la mía.
Ven
apacienta tu anhelo
en mi dulzura,
sacia tu ternura
en mi amor
y tu amor
en mi ternura.
ven,
ven, limpia, desnuda y pura,
a gozar
de la limpieza
de mis manos y mi cuerpo.
a cubrir tu desdunez,
en la desnudez del mío.
trae tu alma, desnuda, limpia y pura,
como tu cuerpo,
y yo la cubriré
con la desnudez,
pura y limpia,
de mi alma desnuda.
"el muro"
"regalo de Dios"
jueves, 23 de agosto de 2007
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