necesito tu cuerpo.
tengo ansias en el mío de tu carne.
necesito tus besos.
necesito tus abrazos y caricias.
tengo sed de tenerte,
de estrecharte,
tengo sed de tus besos.
necesito tus manos.
necesito el contacto de tus senos.
hambriento estoy de tocarte y poseerte,
de sentir en mi pecho tus caricias,
necesito presionarte con mi cuerpo,
te necesito Elena.
mi cuerpo de tu cuerpo
está seco y sediento.
necesito tu boca,
tengo ansias del contacto de sus besos,
necesito sentir tu cara cerca,
sentir anhelante el respiro de tu aliento,
te necesito Elena,
necesito las caricias de tus dedos,
de tus manos gimientes,
necesito tu alma,
tus palabras,
tu cálido arrullo,
tus silencios.
necesito saberlo de tus labios:
necesito oírte susurrante:
¡te quiero! ¡ te quiero!
cómo te necesito!
¡cómo, Elena, te quiero!
necesito el calor de tu contacto,
necesito el recorrido de tus dedos
palpando los rincones de mi alma,
necesito tus besos en mi cuerpo.
Elena, sí, te necesito,
sólo contigo quiero,
amar, compartir, donarse todo,
poseerse y saberse dentro, muy dentro
de tu alma, tu corazón, tu cuerpo hermoso,
como el amor o una flor en primavera.
porque eres tu, mi siempre amada mía,
y solo tu eres mis ansias anhelantes,
y solo tu alma es toda mía,
y solo tu cuerpo es ya mi cuerpo.
necesito sentirte apasionada
cabalgar deseosa de mi cuerpo,
necesitan mis oídos tus suspiros
y escuchar tu cansancio y tus jadeos.
necesito saber que tu me quieres,
necesito saber que yo te quiero,
Elena, sí, a ti te necesito,
con ansias, con locura, con deseos,
porque Dios te puso en mi camino,
y El hizo para mí cuando te hizo
tu cariño, tu amor,
tu alma y tu cuerpo.
necesito tu cuerpo.
"regalo de Dios"
jueves, 23 de agosto de 2007
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