jueves, 23 de agosto de 2007

14.- "Quietudes compartidas"

estábamos desnudos,
nuestros cuerpos abrazados
ya en reposo.
tu cabeza
apoyada en mi pecho
levemente
y mi mano
reposando en tu seno.
y no me avergonzaba de tenerte,
y no te avergonzabas de ser mía,
y nuestra desnudez
era de nuevo
el rito del amor y de la entrega.
tu cuerpo era inocente.
mi cuerpo era inocente.
Regalo eres de Dios,
Regalo eterno.

estabas tu desnuda
entre mis brazos,
tu cuerpo confiado
con sencillez primera
del jardín del Edén
del Paraíso.

el gozo era la paz,
la confianza,
la entrega distendida
y el reposo.
regalo eres de Dios
de amor eterno.

no hablabas tú;
callaba yo,
y en mi silencio
respirabas mi unión
y mi alma entera.

y a veces,
solo a veces,
suavemente,
al deslizarse por tu piel un poco
mi mano te entregaba vida.
el rito de la entrega
terminado.
y tras la siega
tu cuerpo y mi cuerpo
ya trillados
en las caricias del roce compartido,
ternuras aventadas,
trigo limpio y dorado,
fruto del amor de nuestra era.

el gozo era la paz,
donación compartida
sin ritos ni liturgias,
solo y sencillamente
desgranando y compartiendo el tiempo
en una sola vida.
regalo eres de Dios,
de amor y vida.












"quietudes compartidas"

“regalo de Dios"

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