has venido a buscar mi amor.
estabas sedienta de caricias.
de susurros
y palabras amorosas.
has venido a buscar mi cuerpo.
estabas anhelante de deseos.
y tu cuerpo palpitaba hambriento.
has entrado despacio en el cuarto,
donde reposaba,
y en silencio,
de espaldas a mis ojos,
como cada noche,
te has abierto la blusa,
te has quitado tu blusa,
ha caído tu falda,
has dejado desnudos tus pechos
y has dejado desnudo tu cuerpo.
y has saltado a mi vera
buscando tu cara mi cara,
buscando tus labios mis labios,
hambrientos,
sedientos tus besos de besos
buscando tu cuerpo mi cuerpo.
Pidiéndome amor,
y caricias, y placer y ternura,
tus manos
recorren mi carne,
ya ardiendo,
y van dando vida
a cada rincón de mi ser
sediento
de ternura y placer
en mis entrañas
de ti, Elena, hambriento.
he bajado mi mano
a tu cintura,
he rodado mi mano
por tu espalda:
a girado la brisa,
a girado y girado la brisa,
en un torbellino,
han gemido los vientos,
he sembrado la vida,
primaveras
te han nacido dentro,
y se hicieron realidad
las esperanzas,
las flores de tu pelo
han florecido en caricias tiernas
en tus duros senos.
susurrando a tu oído
palabras amorosas,
caricias suaves de mis manos,
poco a poco te dormías en mis brazos.
¡te quiero! ¡te quiero!
¡te quiero!
ahora yaces dormida a mi vera,
desnuda en mi lecho,
tranquila.
el gozo compartido,
la entrega huracanada,
el placer hecho carne
y el amor hecho vida,
reposan en tus ojos.
me incorporo.
mis ojos y mi alma,
al contemplarte,
se funden en delicias.
el cuerpo se me inunda de ternuras,
las manos de ternezas,
el alma de cariño,
el cuerpo del deleite de mirarte,
y el amor me rebosa por los poros.
Elena, esposa, amada,
compañera,
y carne de mi carne.
Elena: ¡yo te quiero!
"sedienta de caricias"
"regalo de Dios"
jueves, 23 de agosto de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario